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Limpieza de los depósitos municipales de Puerto de la Cruz
Ayuntamiento y Aqualia han dado por finalizados los trabajos de limpieza de los depósitos municipales de Puerto de la Cruz. La limpieza y mantenimiento de los depósitos municipales es una de las actuaciones que la empresa concesionaria Aqualia lleva a cabo para garantizar la calidad del agua que llega a los grifos de todas las casas y empresas de Puerto de la Cruz. Estas tareas están incluidas en el Plan Anual de Limpieza y Desinfección de los Depósitos de Agua que abastecen al municipio, que forman parte del Plan de Autocontrol y Gestión del Suministro del Servicio Municipal de Aguas, dando cumplimiento al Plan de Vigilancia de Control Sanitario de Agua de Consumo Humano de Canarias.
Estos trabajos se realizan en tres fases. En una primera fase, una vez vaciado el depósito, se realiza la limpieza hidromecánica para extraer los sólidos de las paredes y el suelo. Después se revisan y reparan, si es necesario, las válvulas, arquetas, tuberías y otros elementos del depósito, aprovechando que el depósito está vacío. Y finalmente se procede a la desinfección del interior del depósito y la comprobación de la calidad antes de restablecer el suministro del agua. “Estas tareas y el adecuado mantenimiento de las instalaciones municipales son clave para ofrecer un servicio óptimo a toda la ciudadanía de Puerto de la Cruz”, afirmó la concejala de Bienestar Comunitario Flora Perera.
Durante los meses de febrero y marzo se han limpiado y desinfectado los cinco depósitos generales de Puerto de la Cruz, con algo más de 40.000 m3 de capacidad en total, sin afectar el suministro de agua a la población. La realización de estos trabajos es posible gracias a que se encuentran compartimentados, y asegura el control de la calidad del agua almacenada en los mismos, la cual posteriormente es distribuida a toda la población. Además, Aqualia realiza un exhaustivo control analítico del agua suministrada, en las que se controlan parámetros tanto físico-químicos como microbiológicos.
Con las técnicas adecuadas, se analizan aquellos parámetros necesarios para conocer si el agua es apta para consumo humano: olor, sabor, color, turbidez, conductividad, pH, amonio, bacterias coliformes, E. Coli, cobre, cromo, níquel, hierro, plomo, cloro libre residual y cloro combinado residual. Todos ellos son controlados en detalle (ya sean físicos, químicos o biológicos) antes de que llegue en perfectas condiciones a nuestros hogares.