Compromiso de transparencia

El conjunto de procesos y recursos (captación del agua en el medio ambiente, su transformación en agua potable, la distribución a su domicilio y su devolución a la naturaleza) que hacen posible que usted disponga de agua de calidad, comprenden toda una serie de factores que aparecen reflejados en la factura a través de sus distintos conceptos (agua, saneamiento, depuración, etc).

¿Qué paga un cliente en su factura? Mucho más que un producto, un servicio. Una parte fija, por la disponibilidad del Servicio y una parte variable, que depende del consumo registrado por el contador.

En Aqualia existen tres procedimientos para calcular cada consumo de forma fiable y sin errores. El más frecuente consiste en mirar las diferencias de lectura del contador. Como no siempre es posible, también se puede hacer un estimación de consumos, para lo que se emplean las facturaciones de periodos análogos de los dos años precedentes. La última posibilidad es hacer una evaluación de consumos, método empleado cuando el contador está estropeado o sólo se ha podido efectuar una lectura anual.

A un nivel mucho más general, para calcular el precio del agua en los distintos países se tienen en cuenta los siguientes factores:

  • la disponibilidad,
  • la calidad,
  • la cantidad de los recursos hídricos,
  • y la densidad de población.

En España el consumo medio en los hogares es de 171 litros por habitante y día, según el INE. Sin embargo, la Asociación Europea del Agua (EWA) cifra el gasto español por persona y día en 265 litros. Es difícil encontrar datos fiables a cerca del consumo del agua en los hogares, en cualquier caso, ambas cifras sitúan a España entre los países del mundo que mayor gasto de agua hace por habitante. España, además, se posiciona entre los cinco países que más barata pagan el agua en la UE según la Asociación Internacional del Agua (IWA).

La directiva marco del agua (2000/60/CE) es el documento que determina la política hídrica de los países de la UE. En él se especifica que el precio que se cobre a los ciudadanos debe cubrir el coste total del abastecimiento. La normativa pretende promover el uso sostenible y mejorar el estado de los ecosistemas acuáticos. Esto implica que el precio que paguemos deben incluirse los costes de las tareas dirigidas a preservar el medio acuático en el que se vierten las aguas residuales.