
Más de 1.200 horas de trabajo para extraer la suciedad del alcantarillado de Almonte
Aqualia realiza estos trabajos durante todo el año, pero los intensifica en esta época de cara a las lluvias para evitar encharcamientos e inundaciones
Desde enero se han limpiado 810 imbornales, 14’5 km de tuberías, los bombeos, aliviaderos y fuentes ornamentales del municipio

Los imbornales, esas rejillas en la calzada por la que se vacía el agua de lluvia, son unos elementos fundamentales del sistema de saneamiento de todo municipio para garantizar que las calles de éste no se encharquen o incluso se inunden cuando llegan las lluvias.
El Ayuntamiento de Almonte, a través de Aqualia, ha limpiado ya 810 imbornales desde primeros de año hasta agosto. Estas labores se intensifican en esta época del año para prepararse ante las primeras lluvias de otoño, esperando llegar a final de año con alrededor de 2.000 imbornales limpiados.
Desde enero, la empresa ha limpiado también 14’5 km de red de saneamiento extrayendo cientos de litros de residuos que podrían llegar a impedir el correcto drenaje del agua sucia hasta las depuradoras.
Para estos trabajos, han sido necesarias unas 1.200 horas de trabajo realizado por dos cuadrillas de trabajadores de Aqualia, una en horario de mañana y otra en horario de tarde, que emplean un camión especial para ello.
Además, la empresa se encarga cada semana de limpiar los aliviaderos de Almonte, una tarea crucial para controlar que no haya vertidos incontrolados al entorno de Doñana y las marismas de El Rocío.
También dedica gran atención al estado de las estaciones de bombeo de aguas residuales (EBAR), para poder impulsar sin problema el agua sucia a las depuradoras. En total, desde enero, se han realizado 35 limpiezas de las 4 EBARS del municipio, que han sido vaciadas para limpiar las bombas y revisar las boyas de nivel.
En época de mayor afluencia de turismo, de marzo a octubre, también se realizan estas mismas tareas semanalmente en la EBAR Flamero, ya que esta se encuentra en primera línea de playa. Las 21 actuaciones de limpieza realizadas hasta la fecha evitan posibles vertidos.
En invierno, se realiza una revisión especial a las redes de saneamiento de las zonas conflictivas antes de que se den importantes aglomeraciones de visitantes a la Aldea del Rocío en las peregrinaciones de Triana, Huelva, Candelaria, Rocío Chico, etc.
El principal problema de atasco que se encuentran en estas tareas es el de las toallitas húmedas que se tiran al inodoro. A pesar de lo que indican algunos envases, éstas no se descomponen en el agua y forman grandes marañas de fibras en el interior de las tuberías y los bombeos que, junto con los restos de jabón, se solidifican y hacen tapón impidiendo que corra el agua sucia.
Este es un problema a nivel internacional. En nuestro país, la Asociación Española de Abastecimiento de Aguas (AEAS, ahora DAQUAS) estima que las toallitas que se tiran al inodoro incrementan entre 4 y 6 euros por persona y año los costes de mantenimiento, tratamiento y depuración de las aguas residuales.
En Europa, la asociación homóloga (EurEau) indica que el gasto que generan las toallitas es de entre 500 y 1.000 millones de euros al año.
Responsables de Aqualia insisten en “la regla de las 3 Ps” que debemos seguir todos en casa: al inodoro solo se puede tirar pipí, popó y papel higiénico. Cualquier otro elemento puede obstruir las tuberías de saneamiento, especialmente cuando hablamos de las toallitas húmedas.
Los trabajos de limpieza en el sistema de saneamiento son cruciales para que las alcantarillas y las tuberías puedan drenar el agua de lluvia adecuadamente. El objetivo es que recuperen su capacidad para que el agua de lluvia fluya y llegue a las depuradoras.
Sin embargo, el Ayuntamiento y Aqualia aclaran que, si llueve de manera muy intensa, es casi imposible que las tuberías de cualquier ciudad puedan manejar toda el agua de inmediato. Por lo tanto, el agua tardará un tiempo en desaparecer por completo después de que termine la tormenta.
El consistorio y la empresa de agua reiteran la necesidad de hacer un uso responsable del sistema de saneamiento por el bien de todos. Hay que evitar arrojar residuos por el inodoro o a las rejillas de los imbornales que puedan llegar a afectar a la capacidad de evacuación del agua de lluvia.